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ACTUALIDAD DEL TIRO CON ARCO EN ESPAÑA

Historia del Tiro con Arco (Segunda parte)


Acabamos la primera parte nombrando varias de las marcas fabricantes de arcos más conocidas. En ésta segunda parte trataremos las plumas, las técnicas de tiro, el disparador para los arqueros y arqueras de arco compuesto...

Tipos de flechas y plumas
Una flecha normal consiste de un ástil con una punta al final, plumas y un encoque en el otro lado. Los vástagos suelen ser de madera, fibra de vidrio, aluminio, fibra de carbono, o fibra de carbono y aluminio.

Las flechas de madera son propensas a doblarse y las de fibra de vidrio son quebradizas, aunque son más fáciles de producir y más homogéneas. Los vástagos de aluminio fueron una introducción novedosa y muy popular por la gran mejora que proporcionaban: Mayor velocidad y menor parábola. Las flechas de fibra de carbono se volvieron muy populares en los años 90 por ser muy ligeras, más rápidas y de vuelo más horizontal que las de aluminio. Las flechas de más alta gama actualmente combinan carbono y aluminio.

La punta de la flecha determina el uso que se le vaya a dar. Algunas flechas simplemente usan la punta afilada de la misma flecha, pero es más común usar puntas de flecha separadas, generalmente de metal, cuerno (hueso), u otro material duro. Las clases más usadas son las puntas para diana, de campo y de caza, aunque también hay otros tipos como de penetración, romas y judo (puntas romas con ganchos para caza menor).

Flechas de pluma natural
Se usan las tradicionales plumas de ave, aunque también de plástico sólido llamadas vanes. Se colocan cerca del encoque, al final de la flecha, con pegamento o, tradicionalmente, nervios y tendones. El enflechamiento se reparte equitativamente alrededor del vástago, colocando cada pluma en su perpendicular y, respecto a la cuerda del arco, colocando una pluma hacia el exterior del arco, y las otras dos, una hacia arriba y otra hacia abajo. La exterior se llama pluma gallo o índice. Tres plumas son lo habitual, aunque se pueden utilizar más. A veces, las plumas se colocan en un ángulo ligero lo que que hace girar y estabilizar la flecha en vuelo. Las flechas sobredimensionadas pueden acentuar la parábola del vuelo y por tanto limitar el alcance de la flecha bastante. Estas flechas son llamadas flu-flus.

Técnica de tiro
El arco se agarra con la mano opuesta a la del ojo dominante del arquero, aunque otros defienden lo contrario, es decir, agarrarlo con la mano del ojo dominante. Esta mano es conocida como mano del arco y su brazo como brazo del arco. La mano opuesta se llama mano de la cuerda. Otros términos como hombro del arco o codo del arco son análogos. Los arqueros que tengan como ojo dominante el derecho sostienen el arco con su mano izquierda, encarándola hacia el objetivo, viendo el blanco con el ojo derecho y cogiendo la flecha y la cuerda con la mano derecha.

Generalmente, se lleva una protección en el brazo (bracer o más popularmente conocido como "protector") para proteger la parte interior del brazo del arco, y una dactilera para proteger los dedos que agarran la cuerda. Algunos arqueros también llevan protección en su pecho ("Peto"). Los petos previenen que el físico del arquero o su ropa obstaculice la cuerda en el momento de suelta, así como para proteger al arquero.

Para disparar una flecha, un arquero primero se coloca en la posición correcta. El cuerpo debería estar perpendicular al objetivo y la línea de tiro, con los pies situados en perpendicular con cada hombro. Cuando un arquero progresa de principante a un nivel más avanzado desarrolla una 'postura abierta'. Cada arquero tendrá sus propias preferencias, pero la mayoría suele colocar la pierna más alejada de la línea de tiro unos 14 o 28 cm por delante de la otra.

Para cargar una flecha, el arco se inclina hacia el suelo y el cuerpo de la flecha se apoya en el reposaflechas o tapete de la ventana del arco. La parte trasera de la flecha se engancha en la cuerda del arco mediante el 'culatín' (una pequeña pieza de plástico con forma de 'v' para este propósito). Esto se llama cargar la flecha. Las flechas típicas con tres plumas deben orientarse de forma tal que una sola pluma apunte hacia afuera del arco. Normalmente esta pluma posee un color diferente a las otras dos, y tenía numerosos nombres tales como caudal o cock-feather.

La cuerda se sujeta generalmente con tres dedos, bien manteniendo los tres dedos por debajo de la flecha o bien con uno por encima, dependiendo del estilo que utilice cada arquero. La cuerda se suele sujetar en la primera articulación de los dedos.

Entonces se levanta el arco y se abre. Suele ser un movimiento fluido que varía de arquero a arquero. La mano de cuerda se desplaza hacia la cara, donde debe apoyarse ligeramente para tener un punto de anclaje que idealmente debe ser el mismo en todos los tiros, y a menudo es la comisura del labio o la barbilla. El brazo de arco se mantiene extendido hacia la diana. El codo de este brazo se suele girar para que la parte interna del codo no esté sobreextendida, ya que esto conlleva una tendencia a que la cuerda del arco golpee la parte interior del brazo o que se encaje en la guarda al soltarla. El arco siempre debe permanecer vertical.

La postura ideal es la del arquero erguido, formando una 'T', con los músculos de la espalda del arquero usados para tirar de la flecha hasta el punto de apoyo. Algunos arcos están equipados con un dispositivo mecánico, o clicker que produce un sonido de 'click' cuando el arquero alcanza la apertura correcta, lo que indica el momento en que se debe dejar volar la flecha.
La flecha se suelta relajando los dedos de la mano de la cuerda. Deben evitarse movimientos de retroceso o gestos de ayuda a la flecha con el cuerpo, que afectan al vuelo de la flecha.

Disparadores
Los arqueros que usan arcos compuestos en muchos casos utilizan un elemento mecánico para realizar la suelta, denominado disparador. Existen varios sistemas pero básicamente con todos ellos se engancha la cuerda, se tensa el arco y la suelta se realiza presionando un gatillo con el dedo pulgar o el índice, activando el sistema de sujeción de la cuerda, que se libera en forma limpia, disminuyendo la inconsistencia de la suelta con dedos que suele variar de tiro a tiro, sobre todo en los arqueros menos expertos.

Hay un tipo de disparadores que producen la liberación de la cuerda sin necesidad de presionar un gatillo. Con el arco tensado el arquero realiza un último movimiento que produce un leve giro en la posición de la mano que sostiene el disparador, activando de este modo el sistema de liberación de la cuerda. Esta técnica de disparo se denomina tensión de espalda, ya que adecuadamente realizado el movimiento, exige la intervención de los músculos de la espalda en el último tramo de la ejecución del disparo. Un modelo de disparador más antiguo, que en el 2006 fue rediseñado, produce el disparo cuando su mecanismo es sometido a cierto grado de tensión. El arquero, una vez que llega a la posición correcta de tiro – anclaje –, continúa ejerciendo tensión con la espalda moviendo mínimamente el disparador hacia atrás, lo que produce una mayor carga de fuerza sobre el disparador por tensarse más el arco. El mecanismo se regula de modo que al llegar a cierta carga, se produzca la liberación de la cuerda. Ambos sistemas apuntan a lograr un disparo sorpresivo y así evitar que la mente consciente perturbe la ejecución del disparo realizada en forma subconsciente. Ambos disparadores obligan a utilizar la fuerza de los músculos de la escápula, considerado algo esencial para el logro de una buena técnica de tiro.

En los disparadores que se disparan con el gatillo es importante no dar un "gatillazo" al disparador. El gatillazo se suele realizar en el momento en que el arquero ve que está apuntando exactamente en el objetivo - diana o animal -. Como el arco siempre tiene un leve movimiento que hace difícil mantener el elemento utilizado para apuntar sobre el blanco o el animal, un rápido movimiento del dedo sobre el gatillo le hace sentir al tirardor que su disparo se realiza en el momento oportuno. Este es un tiro controlado y que si bien puede dar cierto resultado, no permite alcanzar la excelencia del disparo subconsciente o por sorpresa. Para evitar el "gatillazo" es importante colocar el dedo sobre el gatillo y en lugar de presionarlo voluntariamente, realizar un pequeño movimiento utilizando los músculos de la escápula y expandiendo ambos hombros, hacia adelante y hacia atrás respectivamente, manteniendo el dedo apoyado en el gatillo. Este movimiento produce una mayor tensión en el dedo produciéndose el disparo de un modo sorpresivo dado que no ha habido una decisión de presionar el gatillo.

Si bien al principio el dominio de esta técnica parece difícil, con la práctica puede dominarse y es la que permite alcanzar los más altos niveles de precisión en el tiro.

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